Desafortunadamente un vehículo que prestó servicio público no es una opción válida, tiene unas cinco veces más kilometraje recorrido que uno similar que siempre ha sido particular en el taxi. Adicionalmente son carros maltratados y con deficiente o nulo mantenimiento. Con la gran disponibilidad de vehículos usados a buenos precios no hay justificación para pensar en el vehículo que le ofrecen.