Consejos para que no lo “tumben” a la hora de llevar su carro al taller

Un problema común en Latinoamérica para los dueños de vehículos es que solo tienen dos opciones (muy marcadas y opuestas) para sus servicios mecánicos. Pero el problema real no radica ahí, sino en hechos puntuales que generan diversas molestias, hasta el punto de hacer sentir estafadas o “tumbadas” a las personas que acceden a estos servicios.

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Aproximadamente el 30% del mercado de la reparación es dominado por los concesionarios. Usualmente la inconformidad en este segmento va enfocada en el precio elevado que argumentan los usuarios, siendo la falta de opciones en el precio y en el tipo de reparación las principales variables. “Uno de los argumentos que más nos dieron es que se hacen reparaciones extra sin ningún tipo de consentimiento”, asegura Nicolás Azcuénaga, Gerente General de Autolab, firma que desarrolló un estudio de mercado en torno a este tipo de inconformidades.

Actualmente los dueños de carros dejan de ir a los concesionarios muy rápido después de la compra: 60% no vuelve después de 1 año de adquirido su vehículo, número que se eleva al 90% después de 3 años.  Cabe mencionar que ante esto pierden la garantía, lo cual les importa poco ante los precios elevados que muchas veces impone un concesionario.

Después de 15.000km, aproximadamente 1 año de uso, solo el 40% de los clientes vuelven a los concesionarios.

El otro 70% del mercado es dominado por los talleres informales, donde las quejas son críticas en varios sentidos: servicio no profesional, ubicación inconveniente, mala experiencia del cliente, partes de baja calidad y por último, pero seguramente lo más importante, las reparaciones sin garantía.

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Es muy claro lo que sí busca una persona a la hora de reparar su vehículo: un precio justo y transparente; reparaciones profesionales y de alta calidad; horarios y ubicaciones convenientes para el traslado del carro; y claro está, un excelente servicio al cliente.

Ante este panorama la pregunta es más que válida: ¿cómo se puede identificar un buen taller mecánico?

Si bien, los dueños de autos suelen acudir a talleres recomendados por personas cercanas, es importante saber cómo identificar las características que estos deben tener para no tener una mala experiencia.

Tenga en cuenta estos factores:

Infraestructura adecuada

A primera vista se puede deducir si un taller es confiable por las características de su infraestructura. Este debe contar con espacio suficiente para recibir y mover con seguridad el volumen de carros que maneja. Respecto a los equipos, es importante estar equipado con los “scanner” apropiados para atender las marcas que recibe y contar con los equipos de diagnóstico adicionales para el motor, el sistema de refrigeración y para los otros sistemas del vehículo.

Certificación

Todo establecimiento de servicios mecánicos debe contar con la documentación requerida para operar, como el RUT, Certificado de Existencia y Representación Legal de la Cámara de Comercio y el reglamento interno de trabajo entre otros. Igualmente los avales de cada marca que prueben el conocimiento sobre cada segmento de carros específicos.

Transparencia

Un buen taller brinda diagnósticos acertados, cotizaciones claras y detalladas con precios justos, explica y educa a los clientes sin usar tecnicismos innecesarios, y soluciona los problemas de manera proactiva y responsable. Igualmente un buen taller se hace responsable por la calidad de sus diagnósticos.

Profesionalismo del personal

Tener una certificación profesional para brindar un servicio de atención mecánica es deseable pero no es obligatorio. De hecho el oficio de mecánico es uno de los más informales, menos regulados y más populares en Colombia y América Latina. Sin embargo, para este caso, un punto a considerar es la experiencia, conocimiento y buena reputación del personal a cargo del servicio.

Buen servicio al cliente

 La mejor muestra de un taller de confianza es la calidad de sus diagnósticos y que al darlos y cotizar las reparaciones que se deriven de ellos, el taller ofrezca opciones y asesorías al cliente. No siempre hay que realizar todos los trabajos a la vez y no todos los arreglos son prioridad. Siempre se pueden buscar alternativas para ajustarse al presupuesto del cliente.