¿Cuál es la diferencia entre el SOAT y Seguro Todo Riesgo?
El Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT) y el seguro voluntario vehicular, son dos tipos de respaldos que todo propietario debería tener siempre vigente; el primero, por ser obligatorio ante la ley colombiana y el segundo para tener mayores coberturas al momento de presentarse un accidente de tránsito, fallas mecánicas e incluso hurto del vehículo.
Pero ¿cuál es su diferencia?
El SOAT, es un seguro que se encarga de cubrir todo lo referente a la atención médica inmediata de las personas que hayan presentado algún tipo de lesión durante un accidente de tránsito, sin importar si es un peatón, un pasajero, el conductor del otro vehículo o cualquier otro actor vial. Además, este seguro obligatorio cuenta con pólizas económicas que se activarán en caso de presentarse incapacidad permanente o la muerte de alguna persona involucrada en el siniestro. Por estas y otras razones es fundamental comprar el SOAT.
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Por su parte, el seguro voluntario o todo riesgo es aquel que se adquiere por medio de empresas privadas, y como su nombre lo dice, es opcional. Este seguro básicamente busca generar otro tipo de coberturas adicionales a las médicas, como por ejemplo: indemnización de bienes a terceros, acompañamiento legal, daños materiales por accidente o fenómenos naturales, reparaciones en talleres auditados con repuestos originales, coberturas por pérdida parcial o total en caso de hurto, asistencia permanente en viajes por fallas mecánicas, conductor elegido, vehículo de reemplazo, gastos de transporte, entre otros beneficios. Lo más importante de estas coberturas es que pueden ser personalizables y ajustadas según la necesidad y presupuesto de quien las adquiere.
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Como lo ves, el SOAT y el seguro voluntario son diferentes, pero sus coberturas complementarias; por lo tanto, es importante que todo propietario de carro o moto cuente con ambos seguros para estar protegido desde todos los frentes, y sobre todo, para evitar incurrir en grandes gastos que puedan afectar nuestro bolsillo, pues, sufrir un accidente de tránsito siempre es un riesgo latente.